Cuando nos planteamos adelgazar, ya sea por estética, por salud o por ambas razones, tenemos que concienciarnos del proceso por el que vamos a pasar y lo importante que es la cabeza para llevarlo a cabo. Pero si sufrimos una enfermedad mental la situación se complica, ya que además de mentalizarnos debemos luchar contra ese problema.

Es el caso de la ansiedad, la enfermedad mental más común entre las personas, y que puede hacer que todo el trabajo que llevemos a cabo para perder peso no sirva para nada. Pero si conocemos de antemano las dificultades a las que nos vamos a enfrentar y disponemos de herramientas para superarlas, conseguir el objetivo será posible.

Lo primero que tenemos que saber es cómo afecta la ansiedad a nuestra decisión de adelgazar. Desde la importancia de dormir bien hasta la posibilidad de ir al gimnasio cuando queramos o de ingerir los alimentos que deseemos… La ansiedad está presente en muchos de los factores diarios a los que nos enfrentamos y es decisiva en aspectos muy diversos de nuestra vida.

Cómo podemos evitar este problema? Un truco es tener un diario de la ansiedad; apuntar cada noche cuáles son las ideas que no nos dejan dormir y que nos mantienen despiertos. Sacar estos pensamientos de nuestra cabeza y trasladarlos a un papel puede hacer que nos sintamos menos presionados y, por tanto, podamos dormir mejor.

 

Comer sano e ir al gimnasio

Otro de los problemas que genera la ansiedad es que no nos ayuda a tomar las mejores decisiones en cada momento, sobre todo a la hora de lo que debemos comer. La doctora Chait asegura que “las personas con ansiedad pierden la cuenta de lo que comen ya que les distrae y no ponen atención ni a la calidad ni a la cantidad de la comida que ingieren”.

Lo mismo sucede a la hora de hacer ejercicio. Todas las dietas recomiendan que, además de comer alimentos sanos y saludables, debemos combinarlo con la práctica deportiva. Sin embargo, la ansiedad hace que lo último que nos apetezca sea ir al gimnasio y hay varios estudios que señalan una relación entre las personas que sufren esta enfermedad y las bajas tasas de actividad deportiva.

La solución es luchar haciendo ejercicio ya que, además de ayudar a perder peso, se ha demostrado que reduce los síntomas tanto físicos como mentales de la ansiedad y mejora el sueño y el estado de ánimo. Y si no nos queremos comprometer con apuntarnos al gimnasio, podemos empezar poco a poco: saliendo a la calle y haciendo pequeños paseos de diez minutos, después 15, 20, etc. Después ya nos marcaremos objetivos más ambiciosos.

 

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-12-19/adelgazar-dificultad-ansiedad-consejos_1712662/

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